EL GÓMEZ-TORTOSA AL EXTERIOR
El mejor lugar para iniciar la visita y conocer el Centro Cultura Gómez-Tortosa, precisamente es desde el exterior, desde la misma calle, diferenciando fácilmente desde su esquina o chaflán, en la confluencia de la calle Mayor con la Sirera y Dara, y de forma inmejorable, las tres plantas y los dos cuerpos de los que se compone el edificio (con la vivienda original o parte antigua, y la ampliación de la casa o parte nueva).
De este modo, podemos apreciar cómo el cuerpo principal es el que corresponde con la vivienda original, construida ya en 1879 por el rico cosechero José Rizo Ferrándiz, y adquirida en 1899 por Dña. Antonia Navarro Mira. De estilo ecléctico, presenta una fachada de superficie lisa, con molduras para la separación de los diferentes pisos, al igual que se observan en los marcos de las puertas y ventanas, y sobre las esquinas de la primera y segunda planta, donde se imitan columnas de estilo clásico. En ella, los elementos modernistas más distintivos son las rejas rectangulares, de hierro forjado, utilizadas sobre las ventanas de la planta baja, localizándose hacia la calle Mayor la puerta principal de entrada.
La fachada del segundo cuerpo del edificio, adquirido y construido entre 1900 y 1902 sobre los solares de dos antiguas viviendas, se orienta en su totalidad hacia la calle Sirera y Dara. De estilo modernista, en su planta baja destacan las rejerías de las tres ventanas que aparecen junto a la puerta de entrada de servicio, similares a las del resto del inmueble, así como los ladrillos rojos que recubren la superficie de la primera y segunda planta, con un total de cuatro vanos en cada una de ellas, enmarcadas con sillería labrada en roca natural y dinteles ornamentados con motivos vegetales, en contraste con el color rojo del resto de la fachada.
Sobre la parte superior destaca su gran cornisa longitudinal labrada en piedra, con pequeñas ménsulas cúbicas de apoyo, rematada cada una de ellas con un motivo floral; y distintos elementos decorativos sobre el borde, con cuatro soles nacientes sobre la parte central (que coinciden con el centro de cada una de las ventanas del piso inferior), y remates de tipo vegetal sobre las esquinas, cubriendo con esferas los espacios existentes entre cada motivo.
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